La música, la emoción y el lenguaje demuestran estar unidos y directamente relacionados. Siempre en el punto de mira de la investigación científica… ¿porqué será? ¿Cómo podemos dudar el poder de la música en el papel del lenguaje y la comunicación, no es emoción pura?
Un estudio en la Universidad de California utilizó el paradigma de “priming” para estudiar cómo funciona el proceso de memorización del lenguaje y las emociones para medir la eficacia del potencial de los estímulos musicales. La música tiene el poder de afectar el procesamiento emocional en su modalidad lingúística y expresiva. Pudieron demostrar que los estímulos musicales afectan el procesamiento emocional de las palabras y las expresiones faciales.
Se evaluó a través de dos experimentos; el primer experimento presentó palabras y el segundo experimento presentó expresiones faciales (emociones). Evaluaron:
- El procesamiento objetivo de palabras comparado con las expresiones faciales en presencia y ausencia de música.
- El impacto del procesamiento de palabras y caras con progresiones de acordes afectivamente congruentes con acordes afectivamente incongruentes.
Los resultados sugieren nuevamente que la música facilita el procesamiento emocional siempre que cuente con una congruencia musical afectiva con lo que se presenta. Esto determina la importancia de la intervención musical sobre el potencial atencional emocional en el procesamiento de adquisición de palabras y expresiones faciales..
«La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón.» -Magdalena Martínez-
Es innegable la capacidad de la música de actuar como disciplina terapéutica y permite:
- Mejorar el nivel de afectividad y conducta.
- Desarrollar la comunicación y medios de expresión.
- Liberar energía reprimida.
- Desarrollar la sensibilización afectiva-emocional.
- Dotar a las personas de vivencias musicales enriquecedoras que ayuden a motivarse.
- Reforzar la autoestima y personalidad.
- Rehabilitar, socializar y educar.
El sonido y la música producen emociones, y éstas modifican la fisiología, nuestras hormonas, alteran el ritmo cardíaco y pulsaciones. Tener en cuenta también que las áreas cerebrales que activan música y emociones son prácticamente las mismas. Cuando el cerebro percibe las ondas sonoras se producen ciertas reacciones psicofisiológicas. Respondemos con emociones y estas provocan alteraciones fisiológicas como el aumento de la segregación de neurotransmisores y otras hormonas, que actúan sobre el sistema nervioso central.
La música puede modificar nuestros ritmos fisiológicos, alterar nuestro estado emocional y ser capaz de cambiar nuestra actitud mental, aportando paz y armonía a nuestro espíritu. La música ejerce una poderosa influencia sobre el ser humano a todos los niveles.
Música, emoción y lenguaje parecen ser los encargados de activar la memoria en el aprendizaje y la estimulación. La memoria musical son procesados en las áreas cerebrales que no son las que habitualmente se asocian con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica. ¿Quién no recuerda las canciones del colegio, aunque tengan que ver con las preposiciones por una melodía pegadiza que acompañó el proceso de su aprendizaje?
«Los recuerdos que más perduran son los que están ligados a una vivencia emocional intensa y justo la música con lo que está más ligado es con las emociones y la emoción es una puerta al recuerdo».
(F., Perez-Robledo)
Enlaces de Interés:
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Jauset Berrocal, Jordi A. (2008). Música y neurociencia: la musicoterapia. Sus fundamentos, efectos y aplicaciones terapéuticas. Barcelona: Editorial UOC.
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