- Las Limitaciones nos hacen crecer. Que aceptar las limitaciones tiene un punto doloroso y otro de liberador. Sueltas peso y te puedes verter en cuerpo y alma a lo que te queda, si aprendes a dejar de lamentar lo que pierdes. Cuando se cierra una puerta se abren solitas un montón de ventanas.
- La Amabilidad el mejor de los efectos contagio. Que la amabilidad puede ser la idea más revolucionaria. Tiene el poder transformador de las personas que llevan la sonrisa puesta, que transmiten optimismo, que nos hacen reír, que por allí donde pasan mejoran el ambiente.
- El Cuerpo es como un perro. Que en lugar de lamentarnos cuando el cuerpo se nos queja y soltar un «maldita rodilla», tocaría valorar los años que hace que nos soporta y se dobla a nuestro servicio. En lugar de maldecir a los huesos habría celebrar que este esqueleto hace lo que puede y más para mantenernos de pie.
- Que la Alegría de vivir no tiene métodos pero tiene maestros. Conviene acercarnos, a la espera del contagio, a gente sencilla, que tiene en su foco la bondad y la estima y el cuidado de los demás, que pasan desapercibidos en un mundo que premia más el cinismo que la ingenuidad.
- Estamos para cuidarnos con mucho tacto. Que hemos venido aquí, aunque lo disimulamos demasiado bien, a amar y ser amados, y por tanto, a cuidarnos. Y que el cuidado de las personas es la tarea más importante del mundo, y la menos valorada.
- No discutas nunca con un imbécil. La clave es detectarlos y frenarlos antes, pero esto requiere una sociedad madura y respetuosa que ignore la provocación barata y admire más los valores que no los resultados a cualquier precio.
- ¿Por qué pedimos perdón por llorar?Que la persona con la que no te duele llorar y que te haga la compañía adecuada es por fuerza un muy buen amigo. Sobre todo si también sabeis reír juntos.
- Nunca es tarde para aprender a caminar que con el amigo con el que más ando somos mucho más amigos desde que caminamos juntos: eres más sincero, más directo, más profundo.
- Que sin confianza no hay motivación, porque confiar a menudo da más fruto que vigilar.
- Que seducen más los optimistas currantes. Los que saben que todo es un desastre y todo puede ir muy mal si no ponemos remedio pronto. Y por eso se arremangan. Y mantienen este punto de ingenuidad necesaria para creer que podrán. Porque sin confianza no hay convicción y sin convicción no hay resultados y sin resultados no hay motivos para mantener la esperanza.
- Que priorizar significa descartar. Que para poder dar el sí entusiasta y posible al que quieres deberás decir el no contundente y desculpabilizar al que no cabe.
- Que lo peor del miedo es cuando nos pilota, cuando se instala en el volante. Porque el miedo nos puede hacer traidores y nos puede paralizar por completo. El miedo a la verdad nos hace mentirosos, el miedo de sentir emociones fuertes nos hace fríos, el miedo del riesgo nos hace tirar demasiadas toallas, y el miedo de morir nos puede impedir vivir.
- Que somos más lo que hacemos que lo que decimos, somos más lo que decidimos que lo que pensamos, somos cuando actuamos y no cuando reflexionamos. Y como hemos venido aquí a relacionarnos, la educación es el arte y oficio sublime de aprender mientras se enseña y de enseñarse mientras se aprende. Sólo estando de verdad, de corazón y siempre puedes aprender y enseñar a estar allí.
- Que necesitamos más mala leche y más esperanza. Tenemos que estar más cabreados y más ilusionados vez. Nos conviene señalar y denunciar a los culpables, mirarles a los ojos, no asumir que esto toca, mostrarles toda la rabia que sentimos. Y simultáneamente ir arreglando con las manos el día a día, desde el inconformismo, con ambición y con la certeza absoluta de que es posible.
- Que necesitan médicos y maestros con visión de cabecera, que en lugar de dedicarse al trocito asignado y suficiente, sean capaces de tomar distancia y tener cuidado de personas enteras, de pies a cabeza. Cuidar es mucho más que curar.
- Que la belleza está en la mirada, y no hay privilegio más hermoso que ser observado desde el amor incondicional y la alegría de vivir. Ninguna inversión más segura y rentable que rodearnos de personas que nos quieren tal como somos, que nos encuentran guapísimos al margen de lo que dicte el espejo. Que nos miran siempre con buenos ojos.
Carles Capdevila (30 diciembre 2016)
Traducido por Cristina Oroz Bajo
Fuente Original: 16 cosas que he aprendido en 2016.
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