Existen muchísimos niños con grandes dificultades con la comida, las texturas, los olores, las formas, los colores… En el proceso de la comida entran en juego muchos sentidos y muchas veces los momentos plurisensoriales son complejos para nuestros pequeños.
Por otro lado es muy necesario desarrollar una buena alimentación no sólo en aspectos nutricionales sino para el futuro desarrollo del Lenguaje, hacer el cambio de proceso al sólido acompaña al desarrollo y la estimulación de toda la musculatura fonoarticulatoria y nos acompañe en este proceso tan deseado del desarrollo del “habla”. Es necesario que nuestro niño tenga un buen tono, dicho con otras palabras, que su musculatura esté en forma y preparada para que todo el conjunto del articulación se ponga en marcha.
Algunas claves para tener en cuenta si queremos introducir nuevos alimentos…
Preparación previa…
- Analiza si aspectos como la temperatura, la textura, alimentos mezclados… pueden estar influyendo.
- Escoge el momento adecuado: aprovechar el momento del día en que tu niño está más dispuesto a probar un alimento nuevo.
- Ofrécele el alimento cuando tenga hambre: si se le ofrece una vez que ya ha comido, posiblemente esté saciado y lo rechace.
- Sigue un ritual: seguiremos siempre el mismo ritual, antes de comer le recordaremos los pasos que ha de seguir (lavarse las manos, poner la mesa, el babero, sentarse a la mesa…), si es necesario le ayudaremos.
- Enseña con el ejemplo: los padres son modelos para sus hijos en todo, incluyendo la alimentación. No se puede pretender que un niño coma fruta si ve que los padres jamás la comen.
- Deja que coja comida de tu plato: siempre y cuando no sea peligroso, déjale tomar comida de tu plato. La curiosidad es el primer paso para que incorpore alimentos sólidos.
- No vivas como un sufrimiento algo tan bonito como son los primeros años de vida de un hijo: a muchos padres se les olvida disfrutar con sus hijos por temas como este, y es el aspecto más importante.
Poniéndonos al proceso…
- Primeros contactos…
- Deja que lo toque, lo huela y lo explore aunque no lo introduzca en la boca.
- Sé más flexible en otros aspectos, fomenta la exploración…
- Permite que coma con las manos: ensuciarse hace bien ¡y a los niños les encanta! Deja la enseñanza del uso de tenedores y servilletas para más adelante, por el momento permítele que coja la comida con las manos y experimente con ella.
- Come con él: dar el ejemplo es siempre muy importante. Si tu hijo te ve masticar y comer, probablemente sienta curiosidad y desee probar lo que tú degustas. Prueba a hacer comentarios sobre lo buena que está tu comida pero evita ofrecerle para que no se sienta presionado. La idea es despertar su curiosidad y lograr que te imite.
- Es esencial acompañarlo en el proceso con seguridad pero con suma tranquilidad. La clave es mantenerse en calma y respetar sus tiempos.
- En el plato…
- Acompáñalo en el plato de otro alimento que SI le guste.
- Empieza ofreciendo poca cantidad del alimento nuevo en el plato (2 trocitos de tortilla, 1 cucharada de arroz…)
- Evita los cambios bruscos: si tu hijo ha rechazado los trozos de plano, vuelve a darle purés. La idea es que vayas espesándole los purés poco a poco para que el pequeño se acostumbre a diferentes texturas.
- Camufla: el sabor amargo del calcio, muy presente en las espinacas, acelgas, la col, la cebolla, el cardo o el brócoli, puede ser un factor sensorial que influye muy negativamente en el paladar de los niños, haciendo que rechacen su consumo. Solo tenéis que buscar algo para contrarrestar ese amargor.
- Dale alimentos pisados con tenedor: el plátano suele gustar a todos los pequeños. Písalo con un tenedor y ofrécelo a tu hijo.
- Crea platos divertidos: en Internet, libros y revistas tenemos miles de ideas para hacer platos saludables con una gran presencia para los niños. Desde dibujos de animales a lo que se te ocurra.
- Si se come todo el alimento que ya le gusta y no prueba el alimento nuevo es el momento de utilizar los reforzadores, “premios” que le darán motivación para lanzarse al testeo!
- Refuérzale cada vez que coma una cucharada o trozo del nuevo alimento.
- Con los días ve espaciando el refuerzo, por ejemplo 3 cucharadas y luego refuerzo hasta dejar el refuerzo al finalizar el plato.
- Introduce de forma progresiva más cantidad del nuevo alimento en el plato a lo largo de los días y asegúrate de que lo come correctamente antes de combinarlo con otro nuevo.
- Apunta y registra todo lo que sucede… hay cambios que puedes no darte cuenta y están ahí!!
- Ve apuntando diariamente en un registro de observación todo lo que ocurre, qué come, qué no come, si come con refuerzo, si come poco, si está tranquilo….
- Ideas, tiempo de duración de la comida, avances…
- Alimentos ya tolerados
- Alimentos nuevos no tolerados
- Alimentos nuevos tolerados
Existen otras técnicas más específicas pero han de ir supervisadas por un profesional, si creéis que estáis en ese punto no dudéis en buscar asesoramiento profesional para que puedan pautar el ritmo y el método ideal que se adapte a vuestro caso en particular.
Cristina Oroz Bajo
Alejandro
Muy buena información para ponerlo en práctica muchas gracias Cristina Dios te bendiga.
Cristina Oroz Bajo
Muchas gracias a vosotros Alejandro por acompañarnos en esta humilde tarea, aquí los verdaderos luchadores sois vosotros, sólo estamos aquí para aligerar un poquito el camino! un abrazo a vuestro pequeño!!!