Continuamos con estos sistemas derivados de nuestras Inteligencias Múltiples detallamos el perfil de los niños que utilizan este sistema de procesamiento de la información desde una modalidad auditiva, musical mucho más orientada al sonido. Seguimos con el niño auditivo, el segundo común de los tres (35% de la población).
Nuestros niños que necesitan oírse para aprender, fuertes en el aprendizaje del lenguaje y la música. Suelen ser sociales y verbales también hábiles siempre ante aprendizajes secuenciados y ordenados. Se distraen con facilidad y no dan mucha importancia a su aspecto. Cuando piensan miran hacia los lados. Son amigos de los detalles pero les cuesta ver las cosas en su conjunto.
Los niños que memorizan de forma auditiva no pueden olvidarse ni una palabra, porque no saben seguir. Es como cortar la cinta de una cassette. El sistema auditivo no permite relacionar conceptos o elaborar conceptos abstractos con la misma facilidad que el sistema visual y no es tan rápido. Es, sin embargo, fundamental en el aprendizaje de los idiomas, del lenguaje, y naturalmente, de la música. Los niños auditivos aprenden mejor cuando reciben las explicaciones oralmente y cuando pueden hablar y explicar esa información a otra persona.
El niño auditivo y musical destaca en habilidades intrapersonales con escucha también con gran habilidad para reconocer sonidos, melodías y ritmos. Le llaman la atención el sonido, el ruido de los objetos, de sí mismo. Canta, tararea, escuchar diferentes instrumentos y escuchar música.
Lo que podemos ver conductualmente en un niño auditivo es… que generalmente habla solo, se distrae fácilmente. Mueve los labios al leer. Tiene facilidad de palabra, Monopoliza la conversación, le gusta la música y expresa sus emociones verbalmente. A nivel de aprendizaje aprende lo que oye, a base de repetirse a sí mismo paso a paso, si se olvida de un paso se pierde y no tienen una visión global con un perfil más receptivo que activo.
Cuando lee cuentos le gustan los diálogos y las obras de teatro, evita las descripciones largas, mueve los labios y no se fija en las ilustraciones. Su imaginación piensa en sonidos y no recuerda tantos detalles. Su memoria recuerda lo que oye, por ejemplo los nombres pero no las caras.Almacena la información de manera secuencial y en bloques enteros, por lo que se pierde si le preguntas por un elemento aislados o si cambias el orden. Durante los periodos de inactividad canturrea para sí mismo o habla con objetos, juguetes. A nivel de comunicación le gusta escuchar pero tiene que hablar rápidamente, tiende a hacer largas descripciones. Se distrae cuando hay ruido.
¿Cuéntanos más cosas de tu niño auditivo?
Cristina Oroz Bajo
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