Si buscamos al diccionario que son las praxias bucofonatorias, tan conocidas en el mundo de la logopedia, no encontramos ningún resultado. La respuesta más cercana y acertada que encontramos en la literatura es la de praxia que se definida como el “sistema de movimientos coordinados en función de un resultado o de una intención” (Cortes y Soprano, 1991).
Hay que tener en cuenta que los órganos bucofonatorios son los órganos que intervienen en el habla: la lengua, los labios, las mejillas, la mandíbula o el velo del paladar. Estos órganos son músculos y tienen la necesidad de ser ejercitados para conseguir la tonicidad, agilidad, movilidad, coordinación y fuerza idóneas para conseguir desarrollar un habla correcto.
Cuando un niño presenta problemas para articular correctamente algún sonido, nos dicen qué es porque no realiza correctamente las pràxies bucofonatòries. Y nosotros, desentendidos del campo, nos preguntamos, que significa esto.
Así, pues, podemos entender que, para conseguir un habla óptimo, es importante poseer una agilidad y coordinación de los órganos bucofonatorios y entendemos que las praxias tan anheladas, son los diferentes movimientos conscientes, voluntarios y dirigidos que una persona tiene que llevar a cabo, para estimular, aprender o mejorar los movimientos que una persona emplea para hablar, lo que sobreentenderíamos como gimnasia articulatoria.
¿Y cómo tenemos que hacer para practicar correctamente las pràxies? Lo más importante es dejarnos asesorar por un logopeda, que es el terapeuta especializado. Sin embargo, una vez hemos entendido los movimientos necesarios y adecuados, estos tendrán que realizarse en el ámbito familiar y de forma continuada.
De este modo ejercitaremos y agilizaremos previamente los órganos que intervienen en una correcta articulación. Por este motivo, el adulto y el niño deberían que colocarse ante un espejo, para facilitar la observación de los movimientos que se llevarán a cabo y así poder compararlos y ajustar los modelos. Gracias a esta posición, el pequeño podrá ver como evoluciona a medida que va adquiriendo mayor agilidad, coordinación y fuerza, consiguiendo los puntos articulatorios deseados.
Es importante que estos ejercicios sean de corta duración, para evitar tanto la fatiga muscular como el cansancio y la falta de motivación por parte del niño. Además, se tendrían que realizar diferentes repeticiones, puesto que, de este modo, conseguiremos las asociaciones necesarias entre el sonido exacto de un fonema y los movimientos correspondientes, elaborando así las correlaciones pertinentes de la articulación de los fonemas trabajados.
Mariona Alsedà Florensa
Logopeda, Maestra de Educación Especial y Psicopedagogía.
Fuentes y enlaces de interés:
Tallis J y Soprano M (1991), Neuropediatría. Neuropsicología y aprendizaje. Buenos Aires: Nueva Visión.
http://www.hablemosdeneurociencia.com/praxias-tipos-y-procesos/
https://www.bebesymas.com/desarrollo/que-son-las-praxias
¿Qué son las praxis bucofonatorias y en que te pueden ayudar?
https://www.espaciologopedico.com/recursos/glosariodet.php?Id=234
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