Madre que …
…duermes con los ojos cerrados, que te despiertas a las 5 de la mañana pero ya no sabes si llegaste a dormirte. Que te comes el mundo cuando logras juntar 5 horas seguidas de sueño y te despiertas sobresaltada casi culpable por si olvidaste ser madre. Que batallas con concurridas mañanas corriendo entrepasillos para cazar cabezas con camisetas y vestidos, dando directrices a lo lejos como si te encontraras en la bolsa de Wall Street comprando y vendiendo acciones, luchando con pañales incambiables, niños que se desvisten después de vestidos, zapatos que nunca encuentran su par caminando hacia lo que debería ser un desayuno saludable por supuesto! cazando bocas mientras desvías atenciones para poder llenarlas, entonas melodías, lidias con líquidos, mermeladas, mantequillas y galletas que desaparecen en el fondo de los tazones mientras desayunas, desayunar? qué es desayunar? quizás de milagro un café frío justo antes de cerrar la puerta antes de abrirla de nuevo para coger ese algo que sabes que alguien ha olvidado. Con mochilas a punto, con snacks, batas, baberos y recambios de temporada, chupetes, dinoraurios y carros de muñecas enganchados a las manos de tus hijos en frente de la puerta justo al instante en que parecía que ese día funcionaba.
Madre que…
…regalas cada minuto de tu tiempo y de tu mente cuando alguno de la camada está enfermo, haces tuyo su sufrimiento, que sabes adivinarlos sólo oliéndolos, que recibes todos los golpes porque solo tú sabes levantarte de todos ellos más fuerte si cabe, viendo a los tuyos pelear con sus emociones, impulsos y sensaciones siempre a caballo entre el sueño, el hambre y el desconsuelo.
Madre que…
…razonas lo irrazonable, curas lo incurable y consigues lo imposible mientras repites incansablemente los mismos consejos imprimiendolos verbalmente en la mente y el quehacer de tus pequeños. Madre observada en parques abarrotados de madres que intentan, en la distancia más cercana, ser críticos insaciables de su propia realidad, espacios de intercambio que en lugar de fomentar el descanso de las madres dan lugar a psicoparques que ofrecen cursos intensivos de qué hacer y qué no hacer para ser “buenas y malas madres”. Madres corriendo de un lado para otro salvando niños que parece salieran de debajo de las piedras.
Madre que…
…intentas hacer cosas “normales” cuando la normalidad es la lucha entre el convencimiento de que recuperas algo pero pierdes otra cosa, casi culpable por tener cinco minutos de tiempo, nerviosa palpando el móvil que esté operativo y siempre a mano como salvavidas de la madre que intentas ahogar entre sonrisas y conversaciones extrañas monotemáticas de aquello que a lo lejos ansiamos cerca o silencios incomodos porque se te olvidó que es una conversación de ida y vuelta sin toallitas en mano preparadas para limpiar la nariz y la cara de tu interlocutor.
Madre que…
…llegando a todo vives en la hiperactividad constante, pensando en donde estará el libro de instrucciones de todo lo que te viene y te queda por venir, equilibrando tus modos, los suyos y los del más allá, buscando a momentos el equilibrio emocional y la paciencia que parece que se agotó justo antes de que sonara el despertador doblada entre rodillas, cabezas, sin almohada y destapada y preguntándote si habrán descansado lo suficiente.
Madre que…
…meciendo la sillita vacía en el semáforo buscas las claves expres para ser una buena madre leyendo el blog del momento, autocorrigiéndote y siendo tu más dura crítica, diciéndote que la próxima lo harás mejor luchando con los sentimientos de frustración e imperfección.
Madre que…
…trabajas a la intensidad más alta, marcha constante y con la sensibilidad más dulce a tiempo completo y todo el año, fabrica de besos y abrazos, de motivación y emoción que ves a tus hijos convertirse en eso que soñaste, que agarran la felicidad de tu mano, haz que el tiempo con ellos cuente. Disfrútalo, frena, respira y deja que tu frase coletilla deje de ser “date prisa”, deja a un lado tu limpiadora, taxista, cocinera, nutricionista, enfermera, educadora, psicóloga, mediadora, decoradora, cuentacuentos, artista… y sé madre porque la vida… no viene con un manual de instrucciones viene con una Supermamá.
Madre que… siempre fuiste y serás mi Supermadre.
Cristina Oroz Bajo
Janey
He leído con gran interés su artículo sobre Madre que sostienes
el mundo. y puedo decir que es uno de los mejores
artículos que he leído.
Cristina Oroz Bajo
Muchísimas gracias Janey