TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE (TEL)

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El trastorno específico del lenguaje, TEL (Specific Language Impairment, SLI) es un trastorno grave y duradero que retrasa la adquisición del lenguaje en niños que no tienen pérdida de audición ni ninguna otra causa de retraso en su desarrollo y que se prolonga durante infancia y la adolescencia, pudiendo dejar algunas secuelas en la edad adulta. Este también es conocido como trastorno del desarrollo del lenguaje, retraso del lenguaje o disfasia.

Actualmente se desconoce la causa del TEL, pero en la literatura del campo encontramos artículos que mencionan el componente genético, afirmando que del 50 al 70% de los niños con estas dificultades tienen miembros de la familia con el mismo trastorno.

El TEL es un trastorno heterogéneo que se manifiesta de diferentes formas, distinguiendo cada una de ellas. De todos modos, solemos encontrar algunas características que son comunes o similares entre los pacientes:

  • Tardía adquisición del lenguaje, obstruyendo la inteligibilidad, inmadurez en las formas sintácticas, errores morfológicos considerables que perduran en el tiempo.
  • Retraso en la adquisición del lenguaje, presentando la posibilidad de desarrollar las primeras palabras, que después podrán desaparecer, inclusive los sonidos adquiridos.
  • Léxico limitado.
  • Presencia de conductas disruptivas para compensar sus dificultades.
  • Si la comprensión del discurso se ve afectada, el cuadro conductual puede ser más complejo.
  • Evolución, en función de la gravedad. Normalmente perduran en el tiempo los problemas en coherencia y cohesión del discurso, las dificultades conversacionales y en ocasiones, su conducta.

Como hemos observado, si el TEL afecta a la comprensión y expresión, afectará a la lecto-escritura y, en consecuencia, al aprendizaje. Por ello, si no se trata a su debido tiempo, podrá afectar al rendimiento escolar y a la autoestima. De este modo, el diagnóstico temprano y la intervención precoz son fundamentales para afianzar las bases del tratamiento.

El tratamiento se deberá centrar en los siguientes aspectos:

  • Atención logopédica:
    • Intervención léxico-semántica, morfo-sintáctica, narrativa, fonológica y en la lectura.
  • Atención psicológica:
    • Atención y escucha, velocidad de procesamiento, planificación, funciones ejecutivas, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva y fluidez verbal.
  • Atención familiar:
    • Orientación y apoyo emocional, entrenamiento de la familia como autor para conseguir el éxito del tratamiento y coordinación entre los diferentes entornos del niño.

 

MARIONA ALSEDÀ FLORENSA

Logopeda, Maestra de Educación Especial y Psicopedagoga

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